¿Qué nos moviliza a aprender?

La causa que nos moviliza a “aprender” puede obedecer a nuestra “avidez por aprender más”, darnos cuenta que algo no alcanza, que hay algo que anda mal y que estamos de alguna forma limitados en nuestra capacidad de acción para hacer algo diferente.
Todo proceso de aprendizaje implica salir de un lugar de confort en el que nos encontramos cómodos y tranquilos porque sabemos qué y cómo tenemos que hacer determinada actividad.
Salir de este lugar es encontrarse con lo desconocido, con situaciones nuevas y diferentes que al mismo tiempo conllevan a enfrentarse con los propios temores y tensiones.
Si se logran atravesar estos temores, saliendo del confort, se estará en condiciones de producir un cambio internalizando nuevas modalidades de acción.
Algunas personas entienden mejor escuchando explicaciones detalladas, otras necesitan mirar cómo alguien realiza determinada tarea, otros prefieren “probar”, “experimentar”. Por eso, existirán tantas maneras de enseñar como tantas maneras de aprender existan.

Por esta razón, todo el proceso de capacitación apunta a la adquisición y mantenimiento de ciertas conductas deseadas en personas que poseen percepciones, motivos y capacidades diferentes.